Verónica y Edu
Una boda no empieza la mañana del enlace, comienza mucho antes, cuando dos almas deciden unirse para compartir su vida… Este reportaje de boda está dedicado a todas esas almas.
La noche antes de la boda, paseando por las pobladas calles del centro de Orense, nos encontramos, por casualidad, con Edu que festejaba con amigos y familiares que volvía a su ciudad. Al instante llegaba Verónica, llena de energía y deseando ver a Edu porque llevaban separados algunos días. Teníamos que probar el ribeiro, el pulpo, je, je, je…., ya podíamos dar el pistoletazo de salida, ya empezaba la boda.
Al día siguiente nos dirigimos al Monasterio de San Clodio y nos dejamos sorprender la belleza de su piedra y por su olor a vid, a Ribeiro. Unos deambulaba por los pasillos otros llegaban en ese momento y buscaban habitación para vestirse. Más que un lugar de relajación parecía que sonaban las campanas porque nos atacaba el enemigo, ja, ja, ja.
Verónica y Edu comenzaron a prepararse y empezaron a sucederse las cosas, esas cosas personales que sólo compartes con los más allegados y que los demás no entendemos, pero sabíamos que pasaban.
Esta no es sólo la historia de Verónica y Edu, es también la de todos los que estuvieron (y no estuvieron) para contarla y hacerla suya.
Os dejamos con un reportaje de boda muy especial, desde nuestra mirada.
Muchos, muchos besos.
Agradecimientos:
Verónica
Vestido: Navascués
Zapatos: Pilar Burgos
Edu
Reloj: Rolex
Corbata: Loewe
Zapatos: Sebago
Ceremonia, celebración y fiesta: Monasterio de San Clodio
Vehículo: Citroën clásico