“Hay que hacer que los niños familiaricen sus mentes con las imágenes, que sepan mantenerlas vivas, que cojan el gusto de reactivarlas, de regenerarlas, multiplicarlas con el máximo uso personal y creativo”
Loris Malaguzzi
Como fotógrafos de bodas, nos encantaría que los adultos hiciesen caso a Loris Malaguzzi y que reviviesen las fotografías del reportaje de su boda mil veces, para reactivarlas y saborearlas en sus mentes. Y es que a veces. cuando vemos a dos abuelitos de la mano por la calle es una imagen que nos enternece y que se convierte rápidamente en nuestra ilusión, de repente deseamos envejecer junto a la persona que está a nuestro lado, queriéndonos como el primer día, y nos preguntamos… ¿cómo lo han conseguido? ¿cuál es su secreto?
Además de hablar con ellos para saber más, me encantaría ver sus fotografías, cómo se han mirado a lo largo de la vida…, creo que eso nos diría mucho.
Por eso me alegro de intentar convencer a las parejas para que tengan el mejor reportaje de boda del mundo y que nos dejen hacer las cosas a nuestra manera, porque así conseguiremos capturar esos recuerdos, que más adelante, cuando sean abuelitos, les sirvan para desvelar el secreto. Un secreto que comienza con las miradas y emociones que podemos contemplar en el reportaje de Boda en la Finca el Albero, durante el sábado más caluroso y soleado del 2016.
Quien nos diría que aquella boda en el Monasterio del Paular, nos llevaría hasta vosotros, dejándonos vivir momentos tan intensos, llenos de lágrimas y risas, rodeados de gente entrañable de verdad.
Hoy traemos la sal y el azúcar, todo mezclado entre recuerdos capturados por dos miradas diferentes, pero unidas para intentar superar vuestras expectativas.
Esperamos haberlo conseguido, un fuerte abrazo.
P.D.: Nos encantaría que María Celia, esa persona tan increíble que no representa sus 94 años, nos disfrute mil veces con su Ipad. Me quito el sombrero…
Agradecimientos:
Chaqué: Gerardo
Gemelos: Yanes Young
Complementos: Hackett London
Celebración: Finca el Albero